jueves, 11 de noviembre de 2010

Para una psicología del desarrollo de los géneros de conocimiento.

El siguiente tan sólo es un experimento intelectual cuyo resultado no aseguro en principio, sino tan solo la intención esbozada en el título.

¿Cómo la potencia puede ser la causa adecuada de sus acciones o afectos?. El requisito para eso es que la potencia sea la que forme las ideas adecuadas de sus afectos y no los objetos externos. Y sólo se forman ideas adecuadas cuando se escala en los géneros de conocimiento.

INFANCIA.
GÉNERO DE CONOCIMIENTO: LA IMAGINACIÓN.

Si pudiésemos plantear la escala en los géneros de conocimiento como una psicología del desarrollo spinozista diríamos que en la infancia domina la imaginación, en tanto las ideas son afecciones producidas por causas externas a la potencia, que en el plano afectivo son pasiones. Aquí la ignorancia es respecto de las causas que provocan esos afectos, ignorancia en virtud de la cual se produce una idea imaginada que es falsa respecto de la potencia como causa de los mismos. La infancia es sierva de la fortuna. El desear de la potencia infantil es un desear sin saber qué es lo que lo causa, el desear de la potencia infantil es un desear que "imagina" saber qué es lo que lo causa. En este sentido el infante cree que su deseo está movido por tal causa cuando en realidad es otra.

Breves conclusiones sobre los afectos.


Los afectos hasta el momento han sido descritos como variaciones o movimientos de la potencia en dirección a su conservación, aumento, disminución o extinción, que pueden tener como causa adecuada objetos externos o la propia potencia. Sin embargo, cabe reparar que los afectos no son otra cosa que acciones de la potencia, es decir la realización o actuación de la misma, que en nomenclatura aristotélica llamaríamos actos del alma. Entonces así como los afectos, son acciones, las ideas mismas también lo son. En este sentido, Spinoza es un puente que permite a la modernidad aproximarse una vez más a pensar la ética al modo de Aristóteles, donde la distinciones modernas de cuerpo y alma quedan superadas en un solo continuo. La psicología en tanto estudio del alma y sus afectos, es una ética y una terapéutica.

Psicología de Spinoza: la ética como terapia II.

Los afectos son buenos o malos en relación al particular horizonte de posibilidades de una potencia en particular. Tanto los afectos primarios (felicidad y tristeza; amor y odio) como los secundarios, que no son otra cosa que los movimientos de la potencia en dirección a su aumento o disminución, están causados por objetos externos a la propia potencia, dándoles a estos el carácter de pasiones, porque la potencia es pasiva en su causación. Los movimientos o variaciones de la potencia, es decir los afectos, son esclavos de los objetos externos que son causa de éstos, por tanto lo mismo su felicidad y su tristeza. La potencia no cumple ningún rol activo en la causación de sus afectos, por eso éstos son llamados pasiones. La potencia es impotente ante sus afectos. La potencia no es soberana de sí misma sino que sierva de la fortuna. Pero no es este el mayor de las males, porque bien pudiera la fortuna causar pasiones felices y aumentar una potencia particular, lo que es un bien, aunque incompleto. Un siervo de la fortuna no necesariamente está triste, el siervo también puede ser feliz al ver aumentada su potencia, pero aún le resta algo para ser éticamente feliz, y eso es la soberanía de su potencia como causa activa de sus propios afectos felices. La actividad o pasividad de la potencia determina la enajenación o responsabilidad de la misma. Curioso resulta aquello, en tanto podría servir a pensar la alienación en Marx al modo como Spinoza piensa la actividad y/o pasividad de la potencia, confiriendo una clara dimensión ética a la desalienación.

De afectos padecidos (pasiones) a afectos actuados (acciones).

Antes de continuar, quisiera hacer una breve escala en lo que es la ética. La ética es la meditación acerca del acto, pero no cualquier acto, sino que el acto de la potencia sobre sí misma, con el fin de que pueda acrecentarse para obtener su felicidad. Aquí damos con el punto medular de la ética, como meditación sobre la propia soberanía, que tiene un efecto sanador en la potencia cuando libera sus afectos de la servidumbre a la fortuna y sus causas ajenas. Los afectos entonces pasan de ser pasiones a ser acciones en tanto efectos de la potencia y no de la fortuna. Y como la acción de la potencia no puede tender a su disminución ni aniquilamiento, ya que implicaría abrigar impotencia, lo que es una contradicción lógica, su acción tiende siempre a su conservación o aumento, de ahí que las acciones de la potencia (los afectos causados por ésta) sólo puedan ser felices y no tristes.

Devenir activos para Spinoza es ser soberanos de la causalidad de la propia potencia (que es lo que está dentro del horizonte de nuestras posibilidades de acción) y no de la causalidad de la fortuna (que escapa a nuestro horizonte de posibilidades de acción). Lo mismo que con el ejemplo del caballo, un ser humano no es menos perfecto por no lograr detener un ciclón, dado que eso está fuera de sus posibilidades de acción. La pregunta podría ser ¿cómo conducir mejor la acción de nuestra potencia en medio de la fortuna?. ¿es que acaso a los psicólogos no nos suena familiar esta pregunta cuando llegan consultar por primera vez los pacientes?. En tal sentido, quizá se justifique inicialmente la denominación de pacientes, pero sólo de manera provisoria.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Psicología de Spinoza: la ética como terapia.

El valor de los afectos puede ser bueno o malo y es siempre relativo al horizonte de posibilidades. Por tanto esos afectos no valen en sí mismos y menos aún pueden ser absolutos. Toda evaluación de los afectos es una valuación, una valoración de los mismos en relación al horizonte de posibilidades de la potencia en la que se dan. Entonces los afectos sucitados en la potencia singular de cualquier ser humano tendrán que ser evaluados en función de su utilidad para un ser humano singular. Y los afectos valorados como útiles para cada ser humano seran aquellos que de sus horizontes de posibilidades posibiliten su máximo bien, a saber, la felicidad. Poder hacer esta evaluación, hace de la ética una dispositivo terapéutico.
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Ahora bien, la radical relatividad de los valores bueno y malo o de la evaluación de los afectos de una potencia, dada la particularidad de su horizonte de posibilidades buenas y malas, hace que un afecto que nos entristeca o alegre no necesariamente tenga que ser valorado como bueno o malo, aquello sería esencializar el valor de los mismos tornándolo absoluto, lo que podría tener como consecuencia hacer una mala evaluación que en vez de procurar la felicidad procure la tristeza. Un ejemplo cinematográfico es la historia de Espartaco, su sumisión al Domine es mala porque lo entristece, pero si eso lo sujeta contra el odio que le tiene, deviene buena porque le da esperanza de volver a ver a amada Sura.

Un afecto en sí mismo no vale, sino en cuanto posibilita la mayor felicidad y la menor tristeza de una potencia singular. Y porque el valor de los afectos es tan relativo como relativos pueden ser los horizontes de posibilidades, un mismo afecto puede ser malo, bueno o indiferente. ¿Es bueno o malo para un caballo el no poder dictar una cátedra sobre Aristóteles?, es indiferente, porque es imposible para él. Lo mismo ocurre con algunas preguntas filosóficas que si bien es cierto se pueden formular en una epoca en otra no, por ejemplo ¿cómo interactúan la realidad mental y corpórea? en la filosofía medieval. Otro tanto ocurre con la ambivalencia afectiva, donde un mismo afecto produce simultáneamente felicidad y tristeza.

lunes, 25 de octubre de 2010

Psicología de Spinoza: Perfección y Realidad.

Spinoza señala que la realidad es universo (universión) y en ella están las ideas y los objetos cuya relación no es de causalidad sino de simultaneidad, la relación de causalidad se da entre las ideas y por tanto el concepto de adecuación es intrínseco. Esa relación de causalidad es una relación necesaria y por eso no puede ser de otra forma. En sí misma no es ni buena ni mala, sino que en relación a la singularidad de una potencia. Los criterios éticos de bueno y malo son siempre relativos a la singularidad de una potencia en tanto se mantiene, aumenta, disminuye o extingue. Si la realidad es universo, es decir una versión y no dos (como las dos realidades cartesianas de la res cogitans y res extensa) y además está organizada según relaciones necesarias de causalidad, la realidad es lo perfecto, no puede ser mejor ni peor, porque no hay nada con lo que se la pueda comparar.

Para ilustrar el entendimiento de la perfección y la realidad, digamos que a un caballo se le puede exigir que hable sobre Aristóteles, pero en tal caso se le está exigiendo ser como un ser humano, que es algo que él no es. ¿Diremos por eso que el caballo no es perfecto?. No, porque se le está exigiendo una posibilidad que no está en su horizonte de posibilidades, algo que está fuera de su potencia. El caballo así como es, es perfecto. Reza el dicho popular "no le pidamos peras al olmo".

Spinoza dirá que toda cosa en sí misma (o comparada con su misma clase) es perfecta, porque su perfección coincide con los límites de su esencia. Ahora bien, en el fondo perfección también es un valor relativo a una potencia singular, por eso vale quedarse con que las relaciones de causalidad son necesarias antes que perfectas.

Bien y Mal relativos.

El horizonte de posibilidades de cada potencia es relativo a las mismas, no es igual para todas, no todas tienen las mismas posibilidades. Lo que para una es posible no lo es necesariamente para otra, como la potencia humana y la del caballo. Lo ético entonces es exigir a cada cosa lo que puede y no lo que no puede. Desde el punto de vista del horizonte de posibilidades nunca la potencia es perfecta, puede acercarse a la perfección sin que por ello logre tocarla. Por eso en entradas anteriores se habla de un infinito limitado, el acto que realiza a la potencia puede ser infinito dentro de ese horizonte, es puro acto, como el concepto de felicidad de Aristóteles: el acto por el acto. Ahora bien, para Aristóteles no es cualquier acto, su pregunta es por el acto propiamente humano, a saber, el pensar.

Si el horizonte de posibilidades de cada potencia es relativo a cada potencia singular, las posibilidades de bien y mal también son relativas, porque relativo es este horizonte. Lo que es malo para uno puede ser bueno para otro. Pensar que lo bueno para mí es necesariamente bueno para todos, es pensar que no existe para los otros más horizonte de posibilidades que el propio, haciendo como que todas las potencias son idénticas, esa no es manera ética de actuar.

El principio de identidad desde esta perspectiva es entendido como horizonte de posibilidades dentro del cual pueden operarse acrecentamientos o disminuciones de la potencia.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Psicología de Spinoza: Afectos y Naturaleza

LA ESCLAVITUD Y LO MALO.

Si los afectos del ser humano son esclavos de las reglas de causalidad que rigen a la Naturaleza, la libertad es una ilusión. Sin embargo, sólo se llega a tal conclusión una vez que se conocen esas reglas. Quien no conoce esas reglas permanece en la ignorancia creyendo en la libertad de los afectos. Esta ignorancia es respecto de las causas externas que producen los afectos, no así de los afectos como tal, que son efectos de estas causas. Spinoza dice "Los hombres, son conscientes de sus apetitos (deseos y afectos) pero son ignorantes (inconscientes) de las causas que los llevan a apatecer (desear, afectarse), creen que son libres de apetecer (desear) tal o cual cosa". Todo apetito tiene su causa y por tal es necesario, no libre sino determinado. Esta notable sentencia de Spinoza ya anticipa la posibilidad de algo desconocido para la consciencia, que sin embargo, puede estar dominándola, sin darse cuenta, un símil a lo inconsciente en psicoanálisis.

El amor cartesiano es una definición que pertenece al primer género de conocimiento, a saber, la imaginación, por cuanto define al amor como efecto causado por la propia voluntad de amar. Este amor sólo conoce el afecto más no la causa del mismo, por lo que tan sólo la imagina en la propia voluntad. Spinoza señala en cambio desde el segundo género de conocimiento, a saber, la razón, que el amor es un efecto causado por un objeto ajeno a la propia voluntad, el objeto amado. El amor no es libre sino necesario. Amores y odios nos suceden, no los elegimos, somos esclavos de nuestros afectos porque ellos lo son de sus causas, más aún cuando ignoramos la legalidad que las organiza, la misma se nos hace inconsciente y nos gobierna. En definitiva somos esclavos de la Naturaleza.

Ahora bien, el mayor mal de todos no es la esclavitud de los afectos a las causas que rigen la totalidad de la Naturaleza, porque bien pudiera suceder que una de esas causas tuviera por efecto aumentar la potencia, lo que es un bien por cuanto a lo que la misma tiende es a su conservación o aumento. Entonces la legalidad de la Naturaleza así como puede tener el efecto de disminuir la potencia igualmente la puede aumentar, las relaciones de causalidad no son ni buenas ni malas sino necesarias. Lo bueno o lo malo está definido siempre desde la potencia, es decir desde su conservación o disminución. El mayor de los males es por tanto la disminución de la potencia y no su esclavitud respecto de las reglas de causalidad que rigen a la Naturaleza.

viernes, 1 de octubre de 2010

Psicología de Spinoza: Fluctuación afectiva.

A partir de los afectos primarios se pueden deducir un gran número de otro afectos, incluso uno por cada objeto externo que existe como causa adecuada de los mismos. Pero cada objeto externo que existe es también a la vez causa adecuada de más de un afecto debido a los cambios propios del cuerpo, así cuando se satisface de comida lo que antes producía su apetito ahora produce repugnancia. Los objeto no son causa necesaria de un determinado afecto, así es como un mismo objeto puede causar amor en una persona y en la otra odio. Si un objeto produce un afecto, este mismo afecto precisará del concurso de otros afectos, de modo que la deducción podría ir incluso mucho más allá de el lenguaje y los nombres. Como consecuencia de este concurso de afectos en la conformación de afectos más compuestos, se produce la ambivalencia afectiva. Los afectos primarios y secundarios nunca aparecen tan simples y limpios como en el esquema de Spinoza. Los celos es odio que nunca se da sin amor, se odia a quien ama, pero para odiarla debe amarla. Ha esto Spinoza dará el nombre de fluctuatio animi o fluctuación anímica donde el deseo en estado pasivo se ve absolutamente gobernado por las pasiones, es esclavo de los objetos externos, de sus circunstancias, sin posibilidad ninguna de dominio respecto de sí mismo. La fluctuación anímica recuerda el esquema estímulo-reacción(respuesta) según el cual la reflexología rusa y más tarde el conductismo estadounidense decían que las conductas del ser humano estaban gobernadas en su totalidad por el ambiente, reduciendo toda explicación psíquica a lo aconteciera en éste, como el resto de los otros animales. El burro de Buridam es el ejemplo utilizado por Vigotsky para graficar la situación ideal del esquema estímulo-respuesta donde el burro se encuentra ante un dilema irresoluble, a una misma distancia, mismos objetos (fardos de pasto) en direcciones contrarias, ambos estimulan en igual medida reduciendo a cero la posibilidad de acción. Ahora bien, Vigotsky como Spinoza dirá que en esa situación experimental el hombre puede introducir un estímulo artificial como por ejemplo una moneda, simbolizando en cada cara una de las dos direcciones, siendo él quien hecha su propia suerte, volviéndose sujeto antes que objeto de las circunstancias.

Spinoza señala que bajo la fluctuación anímica el ser humano no tiene ningún control sobre sí mismo, sino que antes bien, como el resto de los otros objetos de la naturaleza se ve gobernado por sus leyes. Las pasiones entonces se ven supeditadas al orden natural, y el supuesto caos de las mismas no es tal sino por la falta de control que el ser humano tiene sobre ellas. El conocimiento de esta legalidad que organiza el universo es el primer paso para que el ser humano se libere de su esclavitud a la misma, sabiendo ahora cuál es la causa de sus afectos y deseos, para poder elegir aquellas que favorezcan a su felicidad y evitar las que precipiten su tristeza. El inicio del camino hacia la libertad es saber que tal cosa no existe.

La esclavitud del hombre es de sus afectos respecto de las causas externas que los producen y a las cuales no puede escapar. La ignorancia mantiene a sus afectos preso de causas que desconoce. Algo no muy lejano a las causas inconscientes en el psicoanálisis que por desconocerse mueven los afectos de los pacientes sin que estos puedan ejercer ningún control sobre los mismos.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Psicología de Spinoza: Afectos contrarios y Afectos opuestos.

Los afectos bases son la felicidad, la tristeza, el amor y el odio, mientras que el deseo es la potencia que varía en estos afectos, los que a su vez varían en tipos más sutiles. Algunos como la gula, la avaricia y la lujuria, son afectos que no tienen contrarios, dado que la frugalidad, generosidad y castidad son modos de abstinencia, en tanto aparecen bajo la forma de la negación del deseo que implican los primeros, a esto Spinoza los llama afectos opuestos.

Los afectos contrarios son el resultado de dos causas externas distintas, como el caso de la felicidad y la tristeza, donde dos causas externas diferentes pueden generar el aumento del deseo o su disminución, aumento y disminución son efectos contrarios, mientras que el deseo como tal y la negación del mismo son efectos opuestos. Los afectos opuestos no son afectos contrarios. Por ejemplo la negación de la avaricia como deseo inmoderado de riqueza, es decir la generosidad, es un afecto activo por cuanto la causa adecuada del mismo es la propia potencia o deseo y no un objeto externo (afecto pasivo).

lunes, 20 de septiembre de 2010

Psicología de Spinoza: Afectos Secundarios


2. AFECTOS SECUNDARIOS.

2.1 AMOR: es una felicidad que acompaña la idea de una causa exterior. Es un afecto producido por una causa exterior que aumenta nuestra potencia.

2.2 ODIO: es una tristeza que acompaña la idea de una causa exterior. Es un afecto producido por una causa exterior que disminuye nuestra potencia.

El ODIO y el AMOR ser efectos necesarios de causas exteriores al deseo son pasiones, es decir son afectos (y efectos) que se padecen pasivamente.

El amor cartesiano: es el aumento del deseo por el objeto amado causado por nosotros mismos. (El amante es causa de su amor)
El amor spinozista: es el aumento del deseo por el objeto amado un efecto necesario causado por una causa externa, a saber, el mismo objeto de amor. (El amor es un efecto necesario)

El ODIO y el AMOR son afectos y efectos que
corresponden a afecciones causadas por objetos externos. De ahí pertenezcan al primer género de conocimiento: la imaginación, en tanto ideas mutiladas de su causa.

Es propio de la potencia o deseo el que busque conservar su OBJETO DE AMOR y destruir el OBJETO DE ODIO.

EL OBJETO DE AMOR: imaginarlo destruido provoca tristeza e imaginarlo conservado felicidad.

EL OBJETO DE ODIO: imaginarlo destruido provoca felicidad e imaginarlo conservado tristeza.

2.3 PIEDAD: es la tristeza causada por imaginar la miseria del objeto amado.

2.4 FAVOR: es el amor causado por quien se imagina le hizo un bien (feliz) al objeto amado.

2.5 INDIGNACIÓN: es el odio causado por quien se imagina le hizo un mal (triste) al objeto amado. Estos afectos pueden ser considerados como pasiones por cuanto tienen como causa adecuada algo externo al propio deseo, a saber, el objeto amado u odiado. Pero también imaginaciones por cuanto la causa del afecto es imaginada y no conocida adecuadamente.

2.6 ENVIDIA: tiene una doble cara…

…es la tristeza causada por quien se imagina hace feliz al objeto odiado.

…es la felicidad causada por quien se imagina entristece al objeto odiado.

Pero sólo se envidia las posibilidades que están dentro del horizonte de posibilidades de nuestra potencia, no aquellas que están fuera del mismo. (altura de los árboles o fuerza del león).

Por la envidia se afirma todo lo que afecta de tristeza al objeto odiado y se niega todo lo que afecta de felicidad al mismo.

Principio de Imitatio Afectuum o de Imitación Afectiva: consiste en suponer que porque yo amo lo que me hace feliz y odio lo que me entristece los otros también aman lo que los hace feliz y odian lo que los entristece. ¿Por qué suponemos que el otro padece los mismos efectos que nosotros frente a las mismas causas?. Porque hacemos del otro una versión de nosotros mismos, sólo porque se nos asemeja, este es el principio de imitación afectiva. La imitación afectiva de los niños con la risa o el llanto de otros niños parece anticipar el mecanismo de identificación y proyección descritos por la teoría psicoanalítica, lo mismo que desear lo que otros desean.

viernes, 10 de septiembre de 2010

La superación del dualismo cartesiano mediante el conatus de Spinoza.

Spinoza, señalabamos en el prolegómeno de dos entradas atrás, dice que la potencia o conatus es el principio ético de la individuación, en tanto es un fuerza que tiende a la conservación o acrecentemiento del ser de una cosa. En el plano físico se comparaba con la proporción de movimiento-reposo como principio de individuación. La potencia y caracterización que se hizo en la misma entrada no es propiedad del alma o del cuerpo, ni mucho menos existen dos potencias, una anímica y otra corpórea. Spinoza no suscribe la dualidad cartesiana, la supera. La potencia y sus características en el cuerpo y en el alma tienen una relación de simultaneidad y no de causalidad, no hay interaccionismo, ¿por qué? porque cuerpo y alma son dos aspectos de una misma potencia. El alma padece cuando forma ideas que no causa sola, y el alma actúa cuando es causa adecuada de las mismas. Asimismo, el cuerpo padece cuando forma movimientos que no causa sólo, y el cuerpo actúa cuando es causa de esos movimientos. Entonces alma y cuerpo son una misma potencia, la acción y pasión de uno es la acción y pasión del otro.

Descartes, a diferencia de Spinoza, señala que el alma y el cuerpo son dos realidades distintas que interactúan, de tal modo que la acción de una es el padecimiento de la otra y viceversa. Entonces la ética cartesiana sólo es anímica y no corporal porque aconseja siempre al cuerpo someterse al alma y al alma someter al cuerpo. Uno tiene que dominar al otro, este es el modelo del conflicto ético. Spinoza muy por el contrario, señala que actúan y padecen al mismo tiempo cuerpo y alma, por eso el conflicto ético no es la lucha por la dominación entre alma y cuerpo, sino que el hacer a la potencia menos pasiva y más activa respecto de sí misma y las otras cosas. Lacan, tres siglos más tarde dirá algo parecido respecto a volvernos sujetos de nuestro deseo. De la misma manera que Spinoza sitúa el conatus como base de la dualidad alma y cuerpo, nos recuerda a Freud cuando sitúa la pulsión como un concepto límite entre lo psíquico y lo somático.

Psicología de Spinoza: Afectos Primarios

EL AFECTO O SINTIMIENTO.

A la ya mencionada variación de la potencia (aumento o disminución) dentro de un limitado horizonte de posibilidades, Spinoza la llamará AFECTO o SENTIMIENTO, mientras que a la huella producida en un cuerpo por el contacto con otro cuerpo, y la idea correspondiente a esa huella, la llamará AFECCIÓN (véase el primer género de conocimiento: la imaginación). Entonces el afecto es relativo a la potencia y la afección es relativa al cuerpo y al alma. Ahora bien, toda variación de la potencia o afecto es consecuencia de la afección que se produce en esos cuerpos, junto con la idea de esas afecciones en el alma. Respecto de ese afecto la potencia puede ser activa o pasiva, como se menciona en la entrada anterior.


1. AFECTOS PRIMARIOS.

La potencia en sí misma, independiente de sí se refiera o no al cuerpo a al alma, Spinoza la llama APETITO. Mientras que el apetito como idea de apetito, como consciencia de apetito es DESEO.


El afecto es el aumento o disminuición de la potencia, cuando aumenta experimentamos (1.1)FELICIDAD y cuando disminuye (1.2) TRISTEZA.

El Deseo es la Potencia misma, la Felicidad es el aumento del Deseo (perfección mayor) y la Tristeza la disminución del Deseo (perfección menor). Aquí tenemos las primeras nociones para una psicología spinozista que se acercan extraordinariamente a las nociones que el psicoanálisis freudiano desarrollará siglos después.


Como podemos ver el sistema de Spinoza funciona como un motor hidráulico donde la potencia, conatus o deseo hace de fluido que da fuerza al mismo.

ECONOMÍA DE LOS AFECTOS EN LA PSICLOGÍA DE SPINOZA.

FELICIDAD ACTIVA: es cuando somos la causa adecuada de nuestra felicidad, es decir del aumento de nuestro deseo.

FELICIDAD PASIVA: es cuando somos la causa inadecuada de nuestra felicidad, es decir otra cosa es causa adecuada del aumento de nuestra potencia.

ACCIÓN FELIZ: somos causa adecuada de las accion

es que aumentan nuestro deseo. Nos llevan a la felicidad activa.

PASIÓN FELIZ: es cuando somos la causa inadecuada de las acciones que aumentan nuestra potencia. Nos llevan a la felicidad pasiva.

La TRISTEZA siempre es pasiva y es consecuencia de una pasión, nunca podemos ser la única causa de la disminución de nuestra potencia, sí así fuera la potencia entrería en una contradicción imposible, como se viera en la entrada anterior con el suicidio. La potencia siempre se mantiene deseando. La muerte del deseo, diremos con Lacan, aparece con el goce, gozar es morir.

CONCLUSIÓN: tristes o felices pueden ser las pasiones, más nunca las acciones que siempre se mentienen felices (la potencia no puede querer la tristeza, es decir la disminución de sí misma).

Afectos y Causas.

La psicología de Spinoza es a su vez una ética que se mueve en el espacio dibujado por cuatro puntos cardinales, a saber:


Felicidad(+)
.
.
ACCIONES . PASIONES

FELICES . FELICES
.

(interno) Acción . . . . . . . . . . . . . . Pasión (externo)

.

.

Imposible . PASIONES

Imposible . TRISTES
.
.
Tristeza (-)



Los los polos Felicidad y Tristeza corresponden al AFECTO del Deseo (aumento o disminución) y los polos Acción y Pasión corresponden a la CAUSA adecuada del afecto.

El bien y el mal en la potencia.

La ética es la meditación sobre la acción. En Spinoza la potencia es acción que tiende a la conservación y acrecentamiento de sí misma, es el BIEN que persigue. El MAL siempre es aquello que no es la potencia y que es la causa adecuada que tiende a disminuirla o bien a extinguirla, es decir que pulsa a la inacción, al reposo absoluto. Por lo tanto la causa del BIEN es intrínseco a la potencia y la causa del MAL es extrínseco a ella.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Prolegómeno a la Psicología Spinozista: El conatus o potencia.


Si la física de Spinoza señalaba que la individuación de los cuerpos se caracterizaban por cierta proporción de movimiento-reposo, su ética caracteriza a cada cosa por un cierto grado de potencia. A toda proporción de movimiento-reposo le correponde un grado de potencia, que funciona como un segundo principio de individuación en el plano ético.

El CONATUS es el esfuerzo de una cosa por perserverar en su ser o su potencia de actuar, definición que no deja de recordarnos a Freud y la pulsión, que igualmente se entiende en parte como un esfuerzo.

El conatus como potencia no sólo está en cada cosa sino en la Naturaleza como totalidad, que es el máximo de potencia o potencia infinita. Todas las potencias finitas (plantas, animales, piedras) participan de esta gran potencia infinita.


LA MUERTE.

Si el conatus es la potencia de actuar de una cosa, la muerte es entonces el aniquilamiento de esa potencia. Pero ¿cómo se da ese aniquilamiento?. Spinoza señala para su física que todo cuerpo es un compuesto cuya individuación está dada por una cierta proporción de movimiento-reposo que le es propia, asimismo para su ética el conatus es la fuerza que tiende a preservar el ser de una cosa, a saber, su individuación. Spinoza entonces señala que en las cosas hay una tendencia interna a la vida por lo que la muerte sólo se entiende como algo producido por una influencia externa, ajena al individuo.


EL SUICIDIO.

Para Spinoza la idea de una autodestrucción en una cosa es absurda, señala que ello demandaría que dentro del puro ser se anidara un vacío, una negación del ser dentro de la potencia que por antonomasia es potencia para actuar y conservar el ser de una cosa, dada esta imposibilidad lógica es que afirma la necesaria influencia externa en la muerte de cualquier cosa.

La idea de la muerte de una cosa se lee entonces como una idea-efecto de la cual la propia potencia no puede ser su idea-causa, sino otra cosa. La propia potencia o conatus, entendido como principio ético de individuación de cualquier cosa, no puede suprimirse a sí mismo, de otro modo no sería potencia sino impotencia.

Lo potencia o conatus es un principio de individuación que tiende a más vida, a conservarla, por lo mismo es que tiene que ser externa a la misma la causa de su desaparición. El suicidio como tal es una idea imaginativa, en tanto le está mutilada su causa externa la cual permanece desconocida tanto para el supuesto suicida como para el observador externo, por ello en términos de la razón ésta idea es falsa. El que se quita la vida simpre involucra a un otro como causa de la misma, como una fuerza externa. Pensemos que algo parecido dirá Freud siglos más tarde cuando hable de la melancolía y diga de los autorreproches del melancólico se explican como reproches al objeto perdido al cual el yo se ha identificado. "La sombra del objeto recae sobre el yo".


POTENCIA INDEFINIDA.

Para Spinoza la potencia de una cosa no es finita ni infinita, sino indefinida. No es infinita porque en algún momento tendrá que morir, pero tampoco es finita porque no podemos deducir de ella con exactitud cuándo, cómo ni dónde morirá, en tanto la potencia no puede ser causa de su propio aniquilamiento. Ahora bien, si por un lado tenemos la certeza de nuestra propia muerte, por otro tenemos la ignorancia respecto de sus circunstancias precisas. Esta ignorancia es la que concede a la potencia su indefinición. "El ser humano no tiene los días contados, sino por contar" (Cherniavsky y Alcatena, 2007, p.52)


POTENCIA LIMITADA COMO POTENCIA INFINITA LIMITADA.

Con indefinición Spinoza no acepta la inmortalidad de la potencia que individua a las cosas. Es decir, si la pontencia no es infinita tampoco es finita, ¿entonces?... la potencia es limitada. La indefinición señala simplemente que la muerte de una cosa no está definida a priori, es indeducible. La limitación establece los límites de esa potencia es decir cuánto puede una cosa, la cantidad de potencia que posee (nótese que en Freud la pulsión es una magnitud y por tanto es de caracter cuantitativo. En los párrafos iniciales ya se advertía de la similitud entre el conatus spinozista y la pulsión freudiana.) La potencia en tanto limitada es variable de una cosa a otra, y es limitada respecto de su horizonte de posibilidades. Un hombre no puede ser inmortal pero si puede procrear. Dentro de ese horizonte de posibilidades puede variar la potencia de una cosa, pero más allá del mismo no. Ahora bien, ese horizonte de posibilidades, en tanto límite de la potencia, es igualmente desconocido, jamás puede ser conocido en su totalidad.

El límite de la potencia es su horizonte de posibilidades y dentro de esas posibilidades la misma puede variar, es decir ser más o menos potente. Hay cosas que exceden la potencia y otras que no, por ejemplo un árbol no puede hablar, pero sí puede o bien soportar una tormenta o perecer ahogado. Por tanto, que algo sea más o menos potente es relativo a su particular horizonte de posibilidades. Spinoza señala que la potencia al no poder llegar a su límite pero sí acercarse infinitamente, es infinitamente limitada. Entonces el cambio ocurre infinitamente pero dentro de un marco de identidad constituido por este límite.


POTENCIA ACTIVA Y POTENCIA PASIVA.

Ya hemos dicho que nuestra potencia puede aumentar, pero ese aumento es una idea-efecto, que Spinoza dice puede explicarse por una de las dos siguientes ideas-causas adecuadas:

- Nosotros mismos, en tal caso somos activos en el aumento de nuestra potencia. Somos idea-causa total de la misma.
- Otro cosa, en tal caso somos pasivos en el aumento de nuestra potencia. Somos idea-causa parcial de la misma. Lo mismo ocurre para el caso de la dismunición de la potencia.

Antes de proseguir, cabe hacer un breve acapite, cuando Spinoza habla de variación, hemos entendido que se refiere al aumento o disminución de la potencia ¿pero de qué aspecto de la potencia?, más específicamente de su potencia para actuar, es decir para conservar por sí misma su ser, para ser responsable de su propia capacidad variación.

ACCIÓN: es el acto cuya causa exclusiva somos nosotros.(locus de control interno)
PASIÓN: es el acto cuya causa exclusiva no somos nosotros sino que otra cosa.(locus de control externo). Pasión viene del verbo "padecer". En este caso el aumento de nuestra potencia, como idea-efecto, se explica porque se padece una idea-causa externa a nosotros, es lo que adviene desde afuera y nos controla. Por eso la acciones pasionales, son las acciones que se padecen, que se soportan pasivamente.

La Ética de Spinoza: Teoría del Conocimiento.

TERCER GÉNERO DE CONOCIMIENTO: LA INTUICIÓN. El objeto de conocimiento de la intuición son las esencias generales de la cosas singulares, por ejemplo la esencia general del ser humano singular. El recorrido es el siguiente:

1. Ideas Imaginativas.
2. Nociones Comunes.
3. Esencias Generales.

Spinoza describe el ascenso como un camino que va dando mayor perspectiva, comprendiendo mejor el funcionamiento total del universo o Naturaleza.

Cada vez que se van formando nociones comunes más amplias, se va llegando a la idea del todo, que es objeto de conocimiento de la intuición, la que permite conocer a lo menos tres cosas como si fueran muñecas rusas:

- La esencia de la Naturaleza.
- La esencia de las cosas.
- La esencia de nosotros mismos.

El quejarse de los acontecimientos naturales emitiendo juicios de valor, no refleja sino la ignoracia de las leyes que rigen la Naturaleza, y la necesidad de la realidad de las mismas. El conocimiento del todo permite comprender con distancia y aceptar la necesidad de estos hechos.

Si el segundo género de conocimiento, las nociones comunes de la razón, son deducciones abstractas y externas de las propiedades comunes de las cosas singulares que pasan de los efectos a sus causas; el tercer género de conocimiento, las esencias singulares de la intuición, son deducciones concretas e internas que parten desde este todo, pasando de las causas a los efectos.

Si la razón conoce las relaciones causales externas entre las cosas; la intuición conoce la causación interna del todo que hace que cada cosa nazca y se sostenga existiendo.

domingo, 5 de septiembre de 2010

La Ética de Spinoza: Teoría del Conocimiento.

SEGUNDO GÉNERO DE CONOCIMIENTO: LA RAZÓN. El objeto de conocimiento de la razón son las propiedades comunes, comunes a la parte y al todo. A la parte de una cosa y a la totalidad de una cosa, pero también a la cosa como parte del todo, la Naturaleza de la que forma parte.

Las propiedades comunes son lo que la física a descrito en los cuerpos como: extensión, movimiento y reposo. A las propiedades comunes les corresponde en el plano de las ideas las nociones comunes, que son idea generales. Las nociones comunes representan las propiedades efectivamente comunes a las cosas. Las nociones universales por el contrario eliminan las diferencias de los individuos que componen una clase. En este sentido las ideas universales pertenecen al primer género de conocimiento, la imaginación, que mutila las ideas presentándolas parcialmente y no en su totalidad. Las nociones comunes son adecuadas y verdaderas.

Una noción común es tal mientras su objeto de conocimiento sea efectivamente una propiedad común, es decir que agrupe en una comunidad lo que pertenece a la parte en relación al todo, la idea-efecto en relación a su idea-causa. La noción común es una idea adecuada en tanto es una idea completa, dado que sus premisas no han sido mutiladas. Es un eslabón que forma parte de una cadena que es su comunidad.

Si las ideas imaginativas pueden afirmar cosas inexistentes o efectos parciales como en el caso de las alucionaciones o sueños, la noción común sólo afirma como verdadera o falsa una cosa o idea-efecto si la misma viene amarrada o no a su idea-causa y esta es demostrable. La inadecuación de las ideas imaginativas funda su falsedad mientras que la adecuación de las nociones generales fundan su verdad.

La ideas imaginativas dependen estrictamente de las afecciones del cuerpo, como dos siglos después afirmará Freud en el sistema percepción-consciencia de la primera tópica del aparato psíquico, las afecciones afectan desordenadamente en la medida que el cuerpo se desplaza por la vida, mientras que las nociones comunes ordenan las ideas imaginativas poniéndolas en relación a la totalidad de sus ideas-causas. La imginación entonces funciona en el tiempo, aquí y ahora, mientras que la razón en la eternidad de la lógica causal.

jueves, 2 de septiembre de 2010

La Ética de Spinoza: Teoría del Conocimiento.

PRIMER GÉNERO DE CONOCIMIENTO: LA IMAGINACIÓN. Desde el punto de vista de la imaginación la percepción y la alucinación son una misma cosa: ideas formadas por impresiones en el cuerpo. La distinción verdadero o falso viene dada por el segundo género de conocimiento, la razón.

Spinoza dice que las ideas de la imaginación están 'mutiladas', son incompletas dado que consideran exclusivamente el efecto del cuerpo exterior en el propio y no su causa. Tan sólo son ideas de cómo un cuerpo afecta y cómo otro es afectado, y no de lo que son ambos cuerpos en su totalidad. Ambos cuerpos son mucho más que sus efectos. La falsedad de una idea viene dada por la incompletud de la misma, es la idea de una consecuencia sin la idea de su causa; una conclusión sin premisas. La falsedad por tanto también es una privación de conocimiento (idea de la causa). Recordemos que la impresión en el cuerpo no es causa de la idea que le corresponde dado que se dan en simultaneidad. No hay relación causal. La imaginación no nos informa de las causas de sus ideas, por lo mismo éste género de conocimiento no permite decir de las mismas si son falsas o verdaderas. La idea imaginada es la idea de un efecto que a perdido la idea de la causa de ese efecto. El mundo de las hadas formaría parte de este género, los niños estarían todavía sumergidos en él.

Cómo ya se mencionó en entradas anteriores a cada objeto le corresponde una idea, y la totalidad de los objetos e ideas se encuentran únicamente en la Naturaleza que es Dios. En ella todas las ideas están completas, unas como causas de otras. Algunas de esas ideas están en nosotros, pero otras no, son inadecuadas, son conclusiones sin sus premisas. Ontológicamente son falsas porque no representan al ser de las cosas tal cual es, pero gnosológicamente también son falsas porque no permiten conocer las cosas en su totalidad sino que parcialmente.Estas ideas además de ser inadecuadas son confusas psicológicamente porque confunden la afección con lo afectante o con lo afectado (véase las entradas anteriores).Spinoza concluye entonces que no somos necesariamente la causa exclusiva de las ideas imaginativas, sino que pueden ser otras ideas que nosotros no aún conocemos. Entonces como conocemos la idea-efecto más no su idea-causa, no podemos explicarla causalmente y por lo mismo es falsa además de confusa.

CRITERIO DE VERDAD: ADECUACIÓN INTRÍNSECA. La adecuación funciona como criterio de verdad mientras que la inadecuación como criterio de falsedad.Tradicionalmente la adecuación como criterio de verdad era la correspondencia de la idea interna con su objeto externo, por eso se llamaba adecuación extrínseca, porque éste último mandaba. Spinoza por el contrario propone la adecuación como la correspondencia entre una idea-efecto y otra idea-causa, aquí manda la esfera interna, por eso se llama adecuación intríseca. Spinzoa mantiene la no interacción mente y cuerpo, a diferencia de René Descartes, que funciona bajo el supuesto de la interacción de las dos esferas. "La adecuación de las ideas es garantía de conformidad con sus objetos" (Cherniavsky & Alcatena, 2007, p. 39). Por lo tanto no es con el primer género de conocimiento, la imaginación, sino que con el segundo género de conocimiento, la razón con el que logramos tener ideas adecuadas y acceder a la verdad, puerta de entrada al camino que lleva a la felicidad y la liberación.

La importancia para la psicología de la teoría del conocimiento de Spinoza.

En Spinoza quien conoce es el alma, que es justamente el objeto de estudio de la psicología, la psyché. Si tal es el caso la epistemología en este autor es también una psicología por cuanto el sujeto de conocimiento es el alma. Primeramente el alma aparece ordenada bajo la misma lógica que la física de los cuerpos, es decir como un individuo compuesto de otros individuos-ideas más simples que a su vez se subdividen en ideas simplísimas. En la medida que se van abriendo los géneros de conocimiento igualmente se van desplegando toda una serie de conceptos y procesos específicamente psicológicos como la imaginación, la razón y la intuición, que sostienen esta teoría, de ahí la necesidad de estudiar su vigencia actual.

La Ética de Spinoza: Teoría del Conocimiento.

Llegamos a la tercera parte, la teoría del conocimiento, la que nos convoca especialmente por la psicología que en ella desarrolla a través de los diferentes géneros de conocimiento. Es necesario distinguir el alma como idea del cuerpo del resto de las ideas que el alma tiene. Entonces si hemos dicho que el cuerpo es complejo (compuesto) y el alma es su idea, el alma por tanto también es compleja. Nótese el lazo lógico que empieza a establecer Spinoza a diferencia de Descartes que localiza en una zona del cuerpo (la glándula pineal) la interacción alma y cuerpo. Volviendo a lo ya dicho, si el alma es una idea compleja es porque a su vez está compuesta de otras ideas más simples que se componen de ideas simplísimas (véanse las entradas anteriores sobre la física spinozista). La estructura lógica de la física sirve de base para explicar el alma, de ahí la necesidad de comenzar por este saber para pasar a la teoría del conocimiento.

Ya mencionamos en la segunda entrada que el cuerpo humano está compuesto por muchos individuos compuestos de otros individuos más simples, unos son blandos, otros duros y otros líquidos, todos con diferentes velocidades dadas sus diferentes proporciones de movimiento-reposo. Producto de esta misma diversidad es que el cuerpo humano puede ser afectado por diversos cuerpos y de diversas maneras.

PRIMER GÉNERO DE CONOCIMIENTO: LA IMAGINACIÓN. Cuando un cuerpo exterior afecta nuestro cuerpo, simultáneamente el alma forma la idea que corresponde a esa afección que es su objeto. Tenemos la afección material que es una huella o imagen corpórea y la idea de la misma que es abstracta y de naturaleza mental. El conjunto de las ideas imaginativas es el primer género de conocimiento. Ahora bien la idea de afección se puede descomponer en dos ideas más, la idea del cuerpo que afecta y la idea del cuerpo propio afectado. No obstante, la idea del cuerpo exterior y la idea del cuerpo propio formadas por la imaginación, no coiniciden con la idea de la naturaleza del cuerpo exterior ni con la idea de la naturaleza del cuerpo propio. En el caso de la idea del cuerpo exterior puede que el cuerpo exterior como tal ni siquiera exista, como ocurre con las alucinaciones, los sueños o estados graves de ebriedad, diferente es el caso de la idea del cuerpo propio que es una prueba suficiente de que nuestro cuerpo existe, sino experimentaríamos las afecciones de otro cuerpo. Ahora bien, pudieran existir casos especiales en donde un individuo sintiera una conexión con otro cuerpo, llegando incluso a experimentar las afecciones físicas del mismo, tales circunstancias podrían obedecer a una desrealización del propio cuerpo o identificación proyectiva.

La idea de una afección tan sólo revela al cuerpo exterior de forma parcial pero no como verdadera totalidad compuesta de "parcialidades". Asimismo, la idea de una afección revela al cuerpo propio en forma parcial es decir de cómo éste es susceptible de ser afectado por algo de determinada cualidad pero no como es realmente en su totalidad. De modo que si no poseemos un conocimiento total del cuerpo tampoco lo podremos tener del alma en tanto idea de éste. En conclusión la imaginación no permite conocer las cosas tal cual son, sin embargo no por eso la imaginación es falsa o verdadera, en tanto que determinar la verdad o falsedad de sus ideas es una función que ella jamás a poseído y por lo mismo no se le puede exigir. La única función de la imaginación es: producir ideas mentales que correspondan a la afección de una huella física en el cuerpo. Spinoza precisa el error y el acierto fuera de la imaginación, a saber en la ausencia de entendimiento que corrige a la imaginación.

La Ética de Spinoza. El alma humana: idea del cuerpo.

La Metafísica de Spinoza, a diferencia de Descartes, niega que alma y cuerpo sean dos sustancias distintas. Había ocasiones en que el alma determinaba el movimiento del cuerpo y otras en que el cuerpo determinaba el movimiento del alma, esto según Descartes. Spinoza, en cambio explica que los cuerpos sólo mueven cuerpos y las almas sólo mueven almas, no hay interacción posible. La relanción entonces entre alma y cuerpo es la siguiente, el alma vendría a ser una idea del cuerpo y éste el objeto de aquella idea. En este sentido, Spinoza niega una relación verdadera entre ambas señalando que la una y la otra son en verdad una sola cosa. La realidad es una, alma y cuerpo son dos aspectos de la misma, por tanto deben pensarse no según su interacción sino según el lazo lógico que une una idea con su objeto. Tenemos por tanto un paralelismo donde lo que sucede al alma sucede al cuerpo y al revés también. Spinoza supera el dualismo cartesiano, descartándo la posibilidad ontológica de dos sustancias o realidades, tan sólo existe una con dos aspecto.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

La Ética de Spinoza. El cuerpo humano y político.

Cuerpo humano.

Spinoza señala que el cuerpo humano en tanto individuo está compuestos por muchos otros individuos que también están compuestos y en diferentes proporciones. Algunos son fluidos, otros blandos y otros duros, por lo que el cuerpo humano puede ser afectado por un gran número de cuerpos y maneras, además poder afectar a un gran número de cuerpos y maneras. El ser humano no posee la infinita complejidad de la Naturaleza pero sí es más complejo que una planta o un mineral. Emulando a Pascal el hombre es algo entre el animal y la Naturaleza, más complejo que el primero, pero más simple que el segundo. Entre el hombre y la Naturaleza se ubican las ciudades o estados que son individuos formados por seres humanos.

Cuerpo político.

Las ciudades son individuos formados por asociaciones de humanos que los determinan físicamente. La ciudad es cuerpo en tanto se define por una proporción de movimiento-reposo. Existen cosas que le hacen bien en tanto permiten su conservación y cosas que le hacen mal en tanto la impiden. Dentro de éstas últimas hallamos las guerras y crímenes, que amenazan su proporción o equilibrio, para decirlo en términos de la teoría sistémica. Es por eso que se define el análisis de Spinoza como una física política, Foucault hablará mucho más tarde de un microfísica del poder. Ahora bien, los peligros y amenazas de una ciudad tienen como causa siempre a los mismos ciudadanos que forman esta asociación. Pensemos en el caso de la Revolución Francesa que Spinoza no alcanzará a ver. La ciudad no es pensada como pacto social sino que como agregación natural de individuos que buscan conservarse físicamente.

La Ética de Spinoza. Cuerpos en general y Naturaleza.

Este libro se escribe entre 1661 y 1675, sin embargo se publica póstumamente debido a que Spinoza se niega a hacerlo en vida dada sus controversias con el poder regular y secular de Holanda. El texto se puede dividir en cuatro partes:

1. La Metafísica.
2. La Física.
3. La Teoría del Conocimiento.
4. La Ética.

Todas estas partes apuntan a la liberación del hombre y a la conquista de su felicidad, tal cual lo pensara Aristóteles en su Ética a Nicómaco. En esta entrada nos abocaremos sólamente a la segunda parte, sabiendo que corremos el riesgo de mutilar la obra generando incompresiones respecto del todo orgánico en el que se inscribe, no obstante nos permitirá adentrar en la Metafísica y Teoría del Conocimiento, esta última de interés para la psicología.

Rápidamente digamos que la física de Spinoza dice que todos los cuerpos o extensiones (res extensas) se componen de cuerpos más simples los que a su vez se subdividen en cuerpos simplícimos, que igual son divisibles ad infinitum. Spinoza no es atomista. Dos son los estados en los que pueden estar esos cuerpos: en movimiento o en reposo.

Cada cuerpo tiene un proporción de movimiento y reposo, que configuran la velocidad del mismo. Pese a variar su velocidad el cuerpo es invariante. La metáfora del cuerpo simplícimo es el péndulo simple porque su velocidad es inmutable, la proporción movimiento-reposo es constante.

La proporción movimiento-reposo, común a todos los cuerpos, es lo que les permite una conveniencia. Todos los cuerpos convienen porque son cuerpos en tanto todos poseen una velocidad o vibración. Unos pueden mover a otros, reuniéndose en cuerpos compuestos. Los ambientes presionan los compuestos manteniendo la cohesión de los mismos, integrados a una nueva proporción de movimiento y reposo al que todos se asimilan. El modo particular de vibración es lo que define a un individuo que es un cuerpo compuesto. La proporción de movimiento y reposo funciona de principio de individuación, es decir que aunque falte un compuesto si se mantiene la vibración sigue habiendo individuo. Un individuo es tal, en tanto que las distintas proporciones se sigan comunicando del mismo modo, como una pieza musical.

La individuación o identidad cambia cuando acontece un cambio abrupto en la vibración del compuesto. La muerte es la expropiación de la proporción movimiento-reposo particular de un cuerpo por otra proporción que no cambia.

La Naturaleza es el Cuerpo Supremo, la Extensión Suprema, de complejidad infinita, el Individuo Universal. Toda muerte es relativa a las partes y no al Todo, el cual no muere. Todas las proporciones constituyen la proporción universal. No hay descomposición ni composición absoluta.