jueves, 2 de septiembre de 2010

La Ética de Spinoza: Teoría del Conocimiento.

Llegamos a la tercera parte, la teoría del conocimiento, la que nos convoca especialmente por la psicología que en ella desarrolla a través de los diferentes géneros de conocimiento. Es necesario distinguir el alma como idea del cuerpo del resto de las ideas que el alma tiene. Entonces si hemos dicho que el cuerpo es complejo (compuesto) y el alma es su idea, el alma por tanto también es compleja. Nótese el lazo lógico que empieza a establecer Spinoza a diferencia de Descartes que localiza en una zona del cuerpo (la glándula pineal) la interacción alma y cuerpo. Volviendo a lo ya dicho, si el alma es una idea compleja es porque a su vez está compuesta de otras ideas más simples que se componen de ideas simplísimas (véanse las entradas anteriores sobre la física spinozista). La estructura lógica de la física sirve de base para explicar el alma, de ahí la necesidad de comenzar por este saber para pasar a la teoría del conocimiento.

Ya mencionamos en la segunda entrada que el cuerpo humano está compuesto por muchos individuos compuestos de otros individuos más simples, unos son blandos, otros duros y otros líquidos, todos con diferentes velocidades dadas sus diferentes proporciones de movimiento-reposo. Producto de esta misma diversidad es que el cuerpo humano puede ser afectado por diversos cuerpos y de diversas maneras.

PRIMER GÉNERO DE CONOCIMIENTO: LA IMAGINACIÓN. Cuando un cuerpo exterior afecta nuestro cuerpo, simultáneamente el alma forma la idea que corresponde a esa afección que es su objeto. Tenemos la afección material que es una huella o imagen corpórea y la idea de la misma que es abstracta y de naturaleza mental. El conjunto de las ideas imaginativas es el primer género de conocimiento. Ahora bien la idea de afección se puede descomponer en dos ideas más, la idea del cuerpo que afecta y la idea del cuerpo propio afectado. No obstante, la idea del cuerpo exterior y la idea del cuerpo propio formadas por la imaginación, no coiniciden con la idea de la naturaleza del cuerpo exterior ni con la idea de la naturaleza del cuerpo propio. En el caso de la idea del cuerpo exterior puede que el cuerpo exterior como tal ni siquiera exista, como ocurre con las alucinaciones, los sueños o estados graves de ebriedad, diferente es el caso de la idea del cuerpo propio que es una prueba suficiente de que nuestro cuerpo existe, sino experimentaríamos las afecciones de otro cuerpo. Ahora bien, pudieran existir casos especiales en donde un individuo sintiera una conexión con otro cuerpo, llegando incluso a experimentar las afecciones físicas del mismo, tales circunstancias podrían obedecer a una desrealización del propio cuerpo o identificación proyectiva.

La idea de una afección tan sólo revela al cuerpo exterior de forma parcial pero no como verdadera totalidad compuesta de "parcialidades". Asimismo, la idea de una afección revela al cuerpo propio en forma parcial es decir de cómo éste es susceptible de ser afectado por algo de determinada cualidad pero no como es realmente en su totalidad. De modo que si no poseemos un conocimiento total del cuerpo tampoco lo podremos tener del alma en tanto idea de éste. En conclusión la imaginación no permite conocer las cosas tal cual son, sin embargo no por eso la imaginación es falsa o verdadera, en tanto que determinar la verdad o falsedad de sus ideas es una función que ella jamás a poseído y por lo mismo no se le puede exigir. La única función de la imaginación es: producir ideas mentales que correspondan a la afección de una huella física en el cuerpo. Spinoza precisa el error y el acierto fuera de la imaginación, a saber en la ausencia de entendimiento que corrige a la imaginación.

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