miércoles, 17 de agosto de 2011

Algunas vaguedades.

Pensando a partir de la ética de Spinoza y los conceptos que en ella vierte y desarrolla, no deja de advertirse en cada uno de ellos cierto sabor a psicoanálisis freudiano, en especial en lo que respecta al conatus que en tanto potencia recuerda a la pulsión. ¿Será porque es a partir del concepto de pulsión que puede nuevamente reconducirse la psicología hacia la meditación ética?, ello creo abriría la posibilidad de sacar no sólo al psicoanálisis de la problemática de sus estatus científico, sino que además a la psicología hacia una dimensión técnico-terapéutica. Es en este ejercicio práctico donde la teoría se hace presente desapareciendo en la intervención del terapeuta, en las acciones que realiza él y la persona que consulta.

Si la ética es con Aristóteles una meditación sobre el acto en concreto incluso el acto del pensar, es la psicología la heredera directa de ésta misma línea de pensamiento, de modo que más allá de replicar un modelo psiquiátrico la misma obtiene su especificidad justamente en el espacio ético del acto.

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